-No spoilers-
Batman v Superman: el origen de la justicia, en efecto, es otra película más de superhéroes, salvo que en esta ocasión se enfrentan en pantalla, los que son tal vez, los más aguerridos y populares; encuentro que fue posible gracias a la inventiva y visión de su director, Zack Snyder.
Aunque la crítica ha estado muy dividida respecto a este filme, algunos calificándolo de “gran fiasco”, mientras que otros lo elogian basándose en las exorbitantes cifras que empieza a obtener en taquilla. Lo cierto es que este duelo heroico, es y será una película de odios y amores, con tantas cosas buenas como malas, con tantos aciertos como desatinos.
Sin duda, pudo haber sido una gran película, pero realmente no logró llegar a serlo. ¿Por qué? Posiblemente esto se puede entender su dividimos Batman v Superman en tres partes:
Un inició apoteósico e intrigante, que nos presenta los trágicos acontecimientos que marcaron a Bruce Wayne de por vida, desde una angustia psicológica que se acrecienta con lentos movimientos de cámara y con encuadres tan vertiginosos como innovadores. Solo con esto, ya nos quita el aliento. “Será una buena película”, recuerdo que pensé.
Un segundo momento, y que comprende casi toda su duración del film, conociste en escenas que no logran conectarse entre sí, y que no permiten que el espectador se centre y le coja el hilo a la historia; la continuidad es nula, y toda la información se nos presenta de forma desorganizada y confusa. La cinta pierde el aliento por su incapacidad de enfocarse y de darle continuidad a la trama, que resulta pesada y densa, al ser la colección de acciones que van sucediendo independientemente sin poder consolidarse como una unidad narrativa.
Por último, muchos de los que nos dormimos en la película, nos despertamos en el desenlace, que realmente es el único punto álgido de esta historia, y que nos hace sentir la misma energía con la que entramos a la sala de cine. En este punto, Snyder y todo su equipo, se revindican. Las batallas que le dan conclusión a la trama son el sueño hecho realidad de todo fan “friki”; son tan bien logradas qué cada golpe, escena y estratagema son sencillamente, colosales.
Wonder Woman, interpretada por Gal Gadot, es de lejos la mejor heroína que el cine ha podido parir, pues es tan sobria como poderosa. Pero unas por otras, pues el entrañable camarada del hombre murciélago, el recordado Alfred, en esta ocasión interpretado por Jeremy Irons, es sencillamente detestable. Ben Affleck, le da la oscuridad necesaria a un Batman mucho más discreto y mentalmente frágil, pero algo “berrionchudo”. Henry Cavill es un Clark Kent que no logra encontrar su lugar en la película, y que solo llama la atención al usar sus calzones rojos y al hacer gala de sus certeros poderes. Amy Adams es una Lois Lane, que intenta ser una vertiginosa reportera, pero más se la pasa sufriendo por su amante de acero. Y claro, no podía faltar Luthor. Jesse Eisenberg deja muy en claro que no le queda grande un papel que desde el inicio no prometía mayor cosa.
Es así como Batman vs Superman, no solo es el choque continuo de los egos de dos grandes personajes de DC Comics, sino que la peli es un camaleón que va pasando de bueno a malo en tan solo un par de escenas. Yo me quedo con el inicio y con el final, y eliminaría sin piedad todo lo que hay en el medio. Ahí tendrían su buena película.
¿Alegorías bíblicas en Batman v Superman?
-Spoilers-
Se debería pensar en replantear el título de esta producción, y no llamarse Batman v Superman, sino Hombre v Dios, pues toda la película, su historia y personajes, representan una iconografía moderna de la relación de los humanos con esa fuerza suprema que han asumido como el motor de su existencia. Así es, esta película no solo es de superhéroes, no solo muestra a una sensual chica en peto de hierro, o batallas de gran escala; sino que además, tiene un trasfondo cultural bastante interesante, que es una reflexión abierta sobre los alcances que puede implicar el antropocentrismo; pero no se preocupen, y no abandonen esta lectura, que lo que se viene no será mamerto ni mucho menos. Quizá valga la pena señalar desde un inicio, que Batman v Superman se estrenó precisamente un Viernes Santo. ¿Estrategia publicitaria?, ¿Mera casualidad? Lo cierto es que sea como sea, Superman y Jesús han muerto el mismo día.
Durante toda la película, Superman es juzgado como una amenaza, pero al tiempo, es visto por muchos como una salvación. No solo habitantes de Metropolis, sino del mundo entero, consideran que este héroe supone una inminente amenaza para la humanidad, pues los hombres le temen por sus cualidades metahumanas que no logran comprender, pero también muchos consideran que sus métodos de rescate, implican desolación y destrucción. Muchas escenas en las que se engrandece al Hombre de Acero, son explicitas al dar a entender que él es visto como un dios salvador, pero al tiempo inescrutable, e incluso muchos momentos en la película son adaptaciones actuales de pasajes de la biblia, cargadas de un fuerte trasfondo religioso.
La biblia dice que Dios actúa de maneras misteriosas. El sufrimiento y el dolor son formas “divinas ” con las que el Todopoderoso hace visible su amor y poder. Superman, por su parte, no puede evitar que cada que intenta salvar el mundo, provoque destrozos y caos, que terminan por afectar a los inocentes, muchos de los cuales se convierten en víctimas en nombre de una redención general. ¿Por qué la salvación de unos implica la perdición de otros?, ¿El amor de Dios no es más que la administración ciega de su poder? son interrogantes que se van desarrollando al tiempo que Superman es señalado y cuestionado.
De la misma forma en la que el mesías vino a la tierra a vivir la ley del hombre, Superman asistirá al Capitolio para sufrir la traición de su pueblo, de un pueblo que se inmola en nombre de Dios, de la religión, o simplemente cuando se ve abandonado por el abrigo de una deidad, aparentemente incapaz de repartir su justicia de forma igual y equitativa entre sus hijos, pues siempre habrá pobres y ricos, y claro, Superman, por muy “super” que sea, no los podrá salvar a todos.
Las imágenes bíblicas son un subliminal muy presente en Batman v Superman, quizá la más interesante, aparte de la resurrección del mesías de capa roja, es sin duda cuando Louis y Wonder Woman, lloran sobre el cadáver de Superman quien se ha sacrificado por el bien universal, recordando a la Virgen María y a María Magdalena, cuando bajan el cadáver de Jesús de la cruz. Escena, por lo demás, impactante.
Por su lado, Batman, representa al hombre, desprovisto de todo potencial divino o sobrenatural, pero con la inteligencia suficiente para subsistir y para patearle el trasero al kryptoniano de peinado perfecto. Bruce Wayne, sabe que la fe ciega en Superman será una amenaza para el planeta, pues teme que la humanidad deje su destino en unas manos cuyo poder es incomprensible e incontrolable; pero sobretodo, cree que el hombre no necesita de lo divino, pues el progreso desde la razón se debe imponer por sobre las creencias en lo superior. El hombre es el centro, y el Caballero de la Noche, deja en claro así su postura antropocentrista.
¿Pero qué sucede cuando hombre y Dios se encuentran?, ¿Acaso que le conviene más a la humanidad, creer en lo terrenal o en lo divino? son cuestiones que traen consigo la inminente lucha entre Batman y Superman, quienes terminan por entender que los dos hacen parte de una misma historia, de una misma cultura, y que el uno no es más que el producto del otro.
La postura antropocentrista de la película es tal, que nos muestra como el hombre puede manipular la imagen de Dios para sus propios fines (Lex Luthor, iglesia, religión, etc…); pero también, que cuando el hombre se da cuenta que él es el que crea a Dios, le es inevitable no querer jugar a serlo. La humanidad esta tan interesada en superarse a sí misma, que no necesita de superiores que le impongan límites. La tecnología, el poder y el dinero, son atributos que le dan superioridad al hombre, del mismo modo en que Batman no necesita superpoderes mientras tenga sus “juguetes” y sus cuentas bancarias a rebosar.
Lex Luthor juega a ser el creador, y con su misma sangre creará a la bestia, imagen que también tiene una fuerte trascendencia católica, y que recuerda cuando en la comunión de la eucaristía se dice “sangre de mi sangre que será derramada para la redención de vosotros”. Lex derrama su sangre para crear a un demonio que traerá consigo el apocalipsis, con lo cual redimirá a la humanidad y acabará así con sus falsos dioses.
Batman v Superman termina con una reflexión que nos hace pensar para qué ser hombres o dioses, si la tecnología nos permite un estado medio, y eso es lo que representa Lex Luthor y la biotecnología, un estado que no está en lo terrenal ni en lo divino, y que rompe las fronteras entre creado y creador. ¿Pero qué tan destructivo sería un antropocentrismo tan obsesionado por superar lo humano?, ¿Qué tan perjudicial es depositar nuestro destino en manos de instancias divinas?, finalmente ¿En quién vale la pena creer, en el hombre o en Dios?
Javier Andrés Arias Bernal
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